La hamaca es uno de los muebles de jardÃn más apetecidos para hacer una buena siesta o pasar un rato leyendo. Su movimiento suave y agradable, sus diseños autóctonos, asà como los modernos, hacen que muchos de nosotros quisiéramos tener alguna.
De dónde proviene este singular mueble.
Su origen se remonta en América Central, hace aproximadamente 10 siglos, su nombre se deriva de la planta de hamack, corteza de donde se extraÃa el material para fabricarla. Posteriormente fue sustituida por el sisal, la cual se asemeja a la planta de aloe vera, y fue mejor porque era más abundante y se podÃa suavizar con el movimiento del muslo.
Con el tiempo el material fue evolucionando hasta hacerse de nylon y algodón, aprovechando la comodidad de éste último. También se fabrican con redes de hilos entrelazados, de múltiples colores, que podrÃa ser un arcoiris recostado entre las palmeras, es un producto artesanal que también ahora se da en producción de colores neutros.
Posteriormente se fabricaron hamacas de todos los materiales posibles y en todos los colores imaginables. Y ahora presenta variados usos: sirve de cama, sofá, columpio y, hasta, de cuna para los bebés.
Las hamacas de jardÃn, se diferencian por los materiales de fabricación, tamaño y diseño, se pueden encontrar desde diseños románticos y juveniles, hasta modelos elegantes e innovadores. Algunas traen incorporada una base o soporte, otras simplemente se fijan a la pared, se amarran a una columna o a una estructura similar. En los jardines, son los árboles los que suplen esta función.
Entretanto las hamacas siguen disfrutando en todo el mundo de gran popularidad, ya no sólo entre algunos trotamundos o habitantes de paÃses exóticos (se calcula más de cien millones de personas), o trópicos, en los que la hamaca posee una larga tradición a causa de su frescura nocturna y es utilizada como lugar de descanso diario, sustituyendo totalmente a la cama.
Desde hace mucho, la hamaca ha conquistado cada vez más salas de estar y jardines, y desde hace mucho es un parte imprescindible en el equipaje de muchos «de sus admiradores».