El ser humano es de los pocos sobre la Tierra que conocen el sentido de la belleza. Los muebles para él no solo tienen un sentido funcional, sino también estético. Por ello la decoración tiene tanta importancia en nuestras vidas, especialmente cuando se hace con cariño. Y eso le ocurre a todos los futuros papás cuando están esperando la llegada de un recién nacido y se ponen a preparar la habitación del pequeño. En este artículo vamos a daros una serie de consejos para que acertéis con la decoración en este momento.
Antes de nada debéis acondicionar el cuarto que será la futura habitación del bebé. Lo principal es que esté bien aislado para que no sufra con las corrientes de frío o el exceso de calor. Incluso si las ventanas cierran bien, es conveniente poner unas tiras adhesivas que venden en cualquier ferretería con espuma en la otra cara y que evita que el aire traspase por los bordes de las ventanas. Si la ventana no es de muy buena calidad, es mejor cambiarla directamente por una que cierre a la perfección y que tenga un cristal bueno.
El suelo es también otro de los elementos fundamentales, ya que según el tipo que hayamos instalado puede aportar más frío o calidez a la estancia. Lo preferible en el caso de los niños es tener parqué o madera. Si en lugar de eso en vuestra casa hay baldosa, una buena opción es taparla con láminas que imitan la madera. Podéis incluso hacerlo vosotros mismos, ya que en muchas grandes superficies de bricolaje las venden ya cortadas y con adhesivo por el reverso, de forma que se colocan prácticamente como una pegatina. La moqueta es preferible evitarla por el tema de los ácaros y todos los microorganismos que se pueden alojar en ella si no tenemos un buen electrodoméstico para limpiarla. Es preferible poner una alfombra que podamos mandar a limpiar con frecuencia o incluso sustituirla por una nueva de vez en cuando. Aunque lo más acertado es combinarla con el color de los muebles y de la pared, bien en cierto que en las tiendas de juguetes las hay con dibujos especiales para los niños, para que puedan ser también una forma de entretenerse. Las más conocidas son las que tienen pistas y carreteras para que los pequeños puedan deslizar sus coches de juguete sobre ellas.
El color de la pintura, como decíamos, es otro elemento clave a la hora de decorar. Es importante que elijamos la tonalidad según el espacio que tenemos y la orientación del mismo. Si la habitación es amplia y luminosa aceptará prácticamente cualquier color, aunque os recomendamos tonos pastel para que los niños se sientan más relajados y puedan descansar mejor. Asimismo, el techo se pintará en blanco para darle más amplitud a la estancia. Si somos nosotros mismos quienes vamos a hacer esta tarea, debemos tener en cuenta a la hora de ir a comprar la pintura que para el techo necesitamos un líquido que permita que este respire bien y para las paredes nos conviene una pintura plástica, fácil de limpiar, ya que los niños suelen utilizar las laterales de la habitación como murales o incluso para pegar los dibujos que hacen en el colegio. Si queremos darle un toque personalizado, podemos también poner alguna cenefa por la pared a modo de decoración con motivos propios de bebés.
Lo siguiente que necesitamos son los muebles. Ya que estamos en tiempos de crisis lo mejor es tener la suerte de heredar algunos de los que se utilizarán durante poco tiempo de otros amigos que han sido padres o los que nuestros hermanos utilizaron con nuestros sobrinos. A veces lo hay incluso con tanta calidad que se pueden guardar los mismos que usaron los padres. Por ejemplo, si guardas tu cuna, bastará con cambiarle el colchón para que el pequeño que va a llegar pueda usarla. Se trata de muebles que los niños dejarán atrás pronto, que no se quedarán en la habitación durante años como su cama, por lo que si es posible, es conveniente no gastarse un dineral en ellos. Con el cambiador y la bañera sucede lo mismo, que los pequeños no les van a sacar partido durante una gran cantidad de tiempo, por lo que muchas veces se pueden aprovechar los que han estado utilizando los amigos con sus hijos hasta hace poco.
Una vez tengamos esto, podemos dejar ya comprada la cama y el armario, en caso de no contar ya con uno empotrado. Para la cama os sugerimos la opción del canapé, especialmente aquellos forrados en polipiel, ya que son mucho más limpios porque no absorben bacterias, como en el caso de aquellos revestidos con piel de melocotón, y la propia forma del tapizado evitará que tengan esquinas puntiagudas donde los pequeños puedan hacerse daño. Además, la caja del canapé es un gran lugar para tratar de mantener el orden en el habitación y guardar todos los juguetes dentro.
Las lámparas con luces tenues y dibujos de estrellitas son una gran idea de decoración y a la vez muy útiles para relajar a los pequeños y que duerman a gusto. Algunas de ellas cuentan también con diferentes melodías musicales para que el sueño sea incluso más placentero.
Cuando todo esto esté listo, podéis sumar a la habitación también pequeños detalles decorativos que le darán personalidad, como cuadros con sus primeras fotos de cuando nazca o tablillas para el pomo de la puerta con su nombre. Existe una gran variedad de objetos personalizados en las tiendas para bebés como Minijulieta, aunque esto ya va a vuestro gusto y seguramente recibáis muchos cuando les contéis a vuestros allegados que estáis esperando un bebé.